Empiezo a explicaros algunos de los vinos que he probado en estas tierrras búlgaras.
Por razones familiares limité mis incursiones a la zona vitivinícola del valle del Danubio, al noroeste y centro del país. Yo estuve durmiendo cada día en la localidad de Biala, pero la visita incluyó la ciudad de Ruse, y alrededores. Esta región geográfica se relaciona principalmente con una variedad de uva que se llama gamza, que sería la estrella de las uvas de la región aunque también se cultiva el cabernet sauvignon, el merlot para los tintos y el chardonnay y sauvignon blanc para los blancos. Fui a la bodega Russe, Vinprom Ruse para ser exactos.
Me atendieron increiblemente bien y fueron directos al grano en cuanto al tema del negocio. La cata de varios de sus productos diría yo que fue como un protocolo necesario ya que inmediatamente se pusieron encima de la mesa las cifras, los precios, los pedidos y las ventas. En Mallorca se trabaja de otra forma, más meridional el trato al cuidarse las formas, pero el negocio es el mismo. Esa táctica sin embargo se suple con creces con la buena calidad del producto.
El primer caldo que probaron mis labios en esta tierra fue el Pristis Perfect, hecha con un coupage sensible de Cabernet Sauvignon, Merlot y Pinot Noir, ésta última variedad no tan abundante ni explotada.
Los matices de este vino me recuerda mucho a los vinos franceses, pero menos agresivo en su regusto final. Sabor fresco y sin untuosidad, algo cítrico y dominado por
la mandarina,algo
decepcionante en el retrogusto final si se compara con su estupenda entrada, pero eso parece marca de la casa. Finalmente se me olvidaba indicar que el aroma me recordó un poco a los vinos de Mallorca en cuanto cierta punzada agreste para inundar posteriormente olores dulces de fruta madura, sobre todo de higos secos. Lo aconsejaría para maridajes con carnes blancas y estofados ligeros.
Otro de los productos estrellas es la saga de Danube. Yo probé el Danubia Merlot y mi sorpresa fue grata al comprobar el elevado nivel de calidad de este Danubia que se dejaba beber sin excesos. Corto en sus niveles de retrogusto, amable al olfato y de refrescante sensación al paladar en su primer sorbo. Los tostados influyen agradeblemente en sus matices de frutas del bosque diversas. Agradable y entretenido, es un vino excelente para tomar en copas y excelente para continuar con la comida. Al respecto, sugiero maridaje con jamón y el embutido local, lukanka.