Yo ya lo vendería si fuera posible.
Hace dos días comencé diciendo que la bodega Maçià Batle iniciará la semana que viene la vendimia. Otros bodegueros con los que he ido hablando por ahí ya me anuncian que están en los campos para determinadas variedades de uva, aunque no han arrancado ni un solo grano. La variedad chardonnay será sin duda la primera.
Todo lo que sé sobre la recogida de la uva me lo ha enseñado Pere, de Jaume de Puntiró. Para que una recogida sea exitosa y canse menos al vendimiador, hay dos herramientas básicas. Una, el cuchillo curvado de toda la vida, el trinxet, al que también estimo en demasía como perfecto útil para el queso. La menos prosaica de las herramientas, pero igualmente útil, son las tijeras de podar. Reconozco que es más fácil también, pero el trinxet tiene esa curvatura que corta el racimo al sesgo, con un corte al bies, en ángulo, y no recto. Llámalo tonteria, pero estoy convencido de que la uva sabe mejor.
Recoger un racimo de uvas debe hacerse con las dos manos. Una corta, la otra sostiene. Una "busca" el racimo entre las hojas. Al tenerlo a la vista, se localiza el principio, el rabillo, y luego ¡zas!, el corte rápido y a la saca, que no se desprenda ni un grano de uva fuera del cesto. Y así horas y horas.
Toni de Ramanyá ya me lo ha anunciado. La uva de este año es excelente. El clima ha acompañado, las viñas están sanas, y el grado de azucar en las uvas es bueno. En fín, que todo está listo y preparado para que el vino en Mallorca se recoja en los próximos días. Hay expectación y ganas. Y yo, que lo quiero vender todo, estaría dispuesto ya a etiquetar las uvas directamente.
Sigo.
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