Tarde de sorpresas

¿Qué puedo decir de una bodega que en el mes de agosto ya no tiene blanco, rosado ni tinto que vender de su producción? Cuando decía que vender vino en Mallorca es llorar no ando muy lejos. Macia Batle carece de estos tres, incluido el crianza del 2005. Encontré -para salvar la cara ante mis clientes- un par de cajas en el Makro a precio de orillo. Bodegas Ribas de Binissalem se destapa que ya no tiene rosado de un día para otro, igual que el blanco. Son Bordils carece de blanco Chardonnay a estas alturas del año ¿Sigo? ¿Sigo? Las limitaciones de una emisión de cualquier producto encarecen su demanda. Eso es de parvulario. No puedo comprar 300 cajas de cada cosa en el mes de mayo. Ni puedo ni tengo espacio para tanto. Tampoco me puedo fiar de la psicosis pre-estival que invade a los grandes suministradores y que compran palets a manta sabiendo que luego tendrán un centenar de blancos pudriéndose a mediados de octubre en sus almacenes. ¿Cómo acabar con este círculo vicioso? Yo no encuentro respuestas. El caso es que un restaurante me pide de cierto blanco y a mí se me cae la cara de vergüenza cada vez que tengo que decirle: "No tengo"-