Me lo ha comentado por teléfono Miquel, de Binigrau. En la bodega de Biniali ya no tienen ni una botella del NOU NAT, el blanco de la casa por excelencia. La cosecha de este año augura un excelente caldo para la temporada que viene. Mientras, sin embargo, ya lamento la noticia de que -como una flor de primavera- otro blanco más desaparece de una bodega. Ley de vida.
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